Mientras esto tiene lugar, América Latina y el Caribe (LAC) es una de las regiones del mundo que más sufre el cambio climático: perdida de cultivos, nuevos problemas de salud pública, fenómenos meteorológicos extremos, o la proliferación de incendios de sexta generación. El interés de esta región por trabajar en el cambio climático es evidente, por lo que hay una demanda urgente por desarrollar las herramientas necesarias. ALC es una región muy rica en recursos naturales que son alternativas de peso para industrias tradicionalmente contaminantes, como es la energética. Los datos revelan que el llamado “triángulo del litio”, integrado por Argentina, Bolivia y Chile, representa el 56% de los recursos mundiales. También que prevé que ALC producirá el 12% de la demanda de hidrógeno verde para 2050.  La transición energética supone tanto una necesidad como una oportunidad para la región. Sin embargo, ALC no tiene los recursos o el conocimiento para explotar en solitario todo el potencial de esas tecnologías.